Marion deseaba más que nadie acabar con esa farsa. No conseguía quitarse esa imagen de la cabeza y necesitaba volver a su refugio. Esa cara en el vagón de Budapest. Ese instante en el que el pasado parecía haber querido volver para torturarla. La última vez que ese rostro la había mirado había sido en 1660. Y el suyo era el otro mapa que conservaba en su cerebro. Sébastien y ella coincidieron en Collioure tras el Tratado de los Pirineos y la anexión del Rosselló a la Corona Francesa. La toma de posesión de ese enclave por parte de las tropas francesas, arrebató uno de los principales puertos de la Corona Aragonesa junto al resto de pueblos y gentes que vivían en esa zona. Su misión en ese pueblo costero era el de vigilar que ese impetuoso ingeniero militar y Mariscal de Francia, no fuera demasiado lejos en sus ansias de fortificar el castillo. Conocido por su tenacidad y su implacable ejecución de lo que él consideraba que debía ser una fortificación, habían llegado a oídos de la Orden que se estaba extralimitando y había riesgo de una revuelta popular. Sébastien era un Ren joven, uno de los más talentosos, peligrosos y difíciles de controlar. Nacido en 1633, había robado ya talento para tres vidas más y tenía pensado detener su envejecimiento al terminar esa obra. Dentro de la Orden Bragen, todos eran buenos robando talento musical y acaba siendo su principal fuente de vida. Pero los hay que se especializan en otras variantes: arquitectura, pintura, escritura… Sébastien Le Pestre de Vauban decidió que el arte de la guerra y la arquitectura, serían su fuente principal de inspiración y de vida. Era orgulloso, inteligente y pragmático.
Cuando Marion llegó a Collioure, cenó con él en una de las salas medievales del castillo Real. Sébastien ya había arrasado con la parte alta del pueblo y parte de la villa vieja. El castillo estaba siendo adaptado a las nuevas exigencias defensivas de la artillería moderna pero aún conservaba parte de su encanto medieval, de cuando era la residencia de verano de los condes Rosselloneses.
- Tienes que parar. – le dijo Marion mientras tomaba un sorbo de su vino.
- No sé a qué vienen tantos remilgos. Este es un enclave estratégico y militar. No hay ninguna necesidad de mantener el pueblo.
- No te falta razón. Pero debes ver más allá. Necesitamos mantener la apariencia de pueblo. La Orden necesita establecer aquí una sede y para hacerlo debe poder haber un pueblo en el que camuflarse. Además, lo último que necesitamos ahora es una revuelta. No puedes tocar nada más.
- Estoy harto de recibir órdenes de gente que no sabe de lo que habla. – replicó soltando con desprecio el cuchillo sobre la mesa.
- Deja de actuar como si estuvieras solo en el mundo. Eres lo que eres gracias a la Orden, si te atreves a desobedecer, conoces las consecuencias.
Sébastien se levantó de la silla y se acercó a Marion en actitud altiva. Ésta, lejos de amedrentarse, lo siguió con la mirada y esperó. Cuando estuvo a su lado, se acercó a la cara de ella y le dijo.
- ¿Y tú quién demonios te crees que eres para hablar por la Orden? Vete de aquí si no quieres que te descuartice como a ese pollo.
- Amenazarme no te va a servir de nada. No soy tu enemiga. Te conozco, sé cómo eres y todo tu potencial. No eches por la borda un futuro magnífico. – le dijo Marion mientras le acariciaba el antebrazo, procurando ser gentil y complaciente.
Sébastien se quedó pensando unos segundos. Esa mujer que tenía delante le parecía deseable y repugnante a la vez. Pero, ¿quién era él para rechazar lo que parecía ser un ofrecimiento de sexo gratis? Ya no quedaban prostitutas en ese pueblo que no hubieran pasado por su cama. Marion recordaba esa noche como algo que querría poder olvidar. Acostumbrada al sexo transaccional, no solía importarle ser tratada como un objeto. Ella también lo hacía muy a menudo. Pero Sébastien fue rudo y rozó una violencia que para nada estaba dispuesta a permitir. Viendo que se le podía ir de las manos, le detuvo para ofrecerle una pausa amenizada con vino. Aprovechó entonces para echar en su vaso una dosis de Belladona que siempre llevaba oculta en el anillo. Lo suficiente como para que perdiera el conocimiento, pero no matarlo. Aunque ganas no le faltaban. Él tomó el vino de un solo trago y Marion respiró tranquila.
- Ven aquí que aún no he acabado contigo. ¿Quieres que deje de destrozar este pueblo? Pues esta noche harás lo que yo te diga o mañana arraso con todo. – dijo pegándole una bofetada y abalanzándose sobre ella.
Marion notó el sabor a sangre en su boca, la bofetada no había sido muy fuerte pero suficiente como para hacerle un pequeño corte en la boca. Entonces ella decidió pelear. Sabiendo que era cuestión de minutos que la Belladona surgiera efecto, no estaba dispuesta a dejarse volver a tocar por ese energúmeno. Consiguió liberarse de él dándole un fuerte golpe en la entrepierna. Sébastien gritó de dolor y cayó al suelo doblado sobre sí mismo.
- ¡Serás zorra!
- Esa boca, muchacho. – le contestó ella mientras empezaba a recoger su ropa con total tranquilidad y se lamía la sangre que aún salía de su labio. – ¿Crees que eres tú quién manda aquí? Te queda mucho por aprender.
Todavía en el suelo, intentó arrastrarse para llegar a coger una de las piernas de Marion, pero esta le pisó con fuerza la mano antes de que pudiera tocarla, haciendo que de la boca de él saliera de nuevo un grito. Se notaba que Sébastien empezaba a perder fuerza, la droga empezaba a hacer efecto. Ya era solo cuestión de segundos.
- No te preocupes. – le dijo Marion arrodillándose a su lado y acercándose a su oreja. – No te dolerá más que este pisotón.
- No te atrevas o…
Los ojos se le cerraron y el cuerpo que había estado convulsionando en el suelo, se detuvo. Marion se levantó y terminó de vestirse tranquilamente. Se recogió el pelo y se lavó las manos y la cara en la pequeña palangana de la habitación. Su labio ya no sangraba. Las órdenes eran claras. Si Sébastien se negaba a hacer lo que se le pedía, debía obligársele.
Me quedé intrigada con lo que acabo de leer, en muy pocos párrafos has sabido presentar de manera interesante a los personajes, ahora quiero saber más sobre su historia. ¿Es una novela de romance histórico? La verdad es que me fascina este género. Tal vez le dé una oportunidad.
¿Se puede comprar en Amazon o está en librerías?
Gracias por el comentario! Es de la nueva novela que estoy escribiendo, aún no está terminada. De momento publicadas tengo las dos partes que conforman la bilogía de La Muerte de los Perfectos. Es misterio histórico, ésta sí que está publicada en amazon si quieres echarle un vistazo. Gracias de nuevo por tu interés y comentario. 🤗
¡Hola! si sigues queriendo echarle un ojo a la novela a la que pertenece este fragmento, ya está disponible en Amazon 🙂 Enlace aquí: https://amzn.eu/d/hYPW1UA ¡Un abrazo!