Aquí me tienes, escribiéndote para saber de ti después de tantos años aunque no sé si nunca lo leerás. Tendré que esperar a que internet haga su magia y consiga que te llegue de alguna forma. ¿Porqué hago esto ahora? Sinceramente, no sabría decirte. Quizás la edad hace que los recuerdos empiecen a agolparse en mi cabeza y algunos de ellos me piden a gritos que no los olvide. Entre ellos, tú, alguien que pasó brevemente por mi vida cuando era joven y despreocupada pero con el que compartí gratas conversaciones sobre nuestro futuro incierto.
Hay una noche en particular que ha venido a mi cabeza. ¿Recuerdas la excursión a los Picos de Europa? ¿Cuántos fuimos? Diez o doce, creo. De la mayoría guardo solo caras borrosas… El aire olía a fresco, había llovido toda la tarde y nos refugiamos en tu tienda de campaña junto a Alberto y Jordi. Cuando anocheció el cielo se abrió y pudimos disfrutar de lo que habíamos ido a ver: las Perseidas. ¡Y menudo espectáculo! Tumbados en ese campo nos dedicamos a contar las estrellas fugaces mientras jugueteábamos a arrancar trocitos de hierba con los dedos. Hacer eso provocaba que el olor de la tierra saliera de nuestras manos cuando las levantábamos para gritar y señalar: ¡Otra! Rompiendo así el silencio del bosque con nuestra inocencia hecha voz. Y así pasamos varias horas, hasta que, sin darme cuenta, me dormí sobre tu pecho. Y lejos de molestarte y apartarme, me dejaste descansar en él, traspasándome el calor de tu cuerpo hasta que el frío y la humedad se colaron a través de nuestras chaquetas. Tiritabas cuando me despertaste, suavemente, con un susurro junto a mi oreja. Nos levantamos y me acompañaste a mi tienda con un brazo sujetándome por la espalda, cerca, muy cerca. Pude entonces notar tu aroma, como tu piel y tu pelo emanaban una dulce mezcla de madera, tierra y jabón. Recuerdo apretar mi nariz contra tu ropa para respirar hondo y que cada rincón de mi cabeza se llenara de ese olor. Estaba medio dormida y tuviste que ayudarme a entrar y tumbarme. Pero creo recordar que me diste las buenas noches y antes de marcharte susurraste algo que no fui capaz de percibir.
El día siguiente te habías marchado con el primer grupo. Esa era la última noche en la que esa excursión de diez días nos unió en espacio y tiempo y, desde entonces, no he sabido nada más de ti. Dime, ¿cómo te ha ido la vida? ¿Y tus proyectos? ¿Se cumplió alguno de los deseos que pediste a las estrellas esa noche?
Lisa
> [08:00] No puedo creerlo. Sinceramente. Ha llegado éste comunicado. Esta mañana. Otro café por favor.
> [08:13] Las Perseidas. Marc adora los planetas. Este año incluso disfrutaremos de un telescopio para verlos durante las noches de verano.
> [09:26] Ésta mañana de Julio, Marc se bañaba en la piscina. Abril no podía ya que, por problemas de otitis, estaba descansando y disfrutando en el otro lado del rincón del Tomillo.
> [09:39] Marc me ha ayudado mucho en estos días difíciles y me sorprende la capacidad que tiene para conectar conmigo y mis pensamientos.
> [10:23] Mientras salíamos de la piscina yo recordaba el viaje con Miriam de hace unos años a Menorca. Mis carreras en solitario y la sensación de estar en otro planeta. Mientras tanto, una luz mediterránea caía sobre las olas.
> [11:32] Esas noches que comienzan después de un descanso, después de esas tardes de color tan especial que se refleja en los pinos del rincón del Tomillo, con el calor, la tranquildad… es como si el tiempo se detuviera.
> [13:23] Y entonces las fake news y el libro que llevo tiempo en la cabeza madurando vuelve a mi memoria, como argumento del que estoy escribiendo y que será el de mi vida.
> Nota al margen: ««Detrás de cada hombre vivo hay treinta fantasmas, pues tal es la proporción con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, unos cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo»»
> [19:34] Hoy lo he vuelto a recordar con Marc. He tenido que tratar de ocultar mis lágrimas mientras él salía de la piscina ya que, en estos días, está atravesando la etapa en la que nos obsesiona la muerte, fundamentalmente de nuestros padres y antepasados.
> [00:00] No tengas prisa en crecer Marc. Disfruta de la vida. De tu hermana. De tu deporte y de tus amigos. De todo. Pero principalmente, piensa una cosa: tu padre, allí donde esté, no te olvidará nunca, cómo Mufasa en el Rey León. Pero eso, ya es otra historia.
> [00:00+1h] Os quiero MAM,
> [00:00 EOF] Dime, ¿cómo te ha ido la vida? «No puedo quejarme, aunque la ansiedad la ha marcado de una manera insospechada ¿Y tus proyectos? En un punto de inflexión. Esperando a que salga la luna… o a septiembre… ves tú a saber ¿Se cumplió alguno de los deseos que pediste a las estrellas esa noche? Sólo se cumplió uno. El saber de tí de nuevo. El escribirnos a escondidas por el Instagram a ojos de todos pero ocultos, como la canción de Bisbal y Chenoa.
Escondidos, sólo por amor. [MI]la oscura habitación, tu cuerpo mío, [AM]el tiempo de un reloj, [TE]escondidos, solos tú y yo [RI]atrapados sin poder salir del interior, de tu interior, [_SI]mientras que hacemos el amor [SË]
¿Bailas Lisa?
John Saliery
Uauu!
Algo en lo que no estamos acostumbrados pero increíble.
Una muy buena idea el tema de colaboraciones. Sin duda, si eres un buen amante de la lectura, se agradece ver este tipo de cosas.
Sigue así
Pues sí, creo que haré más colaboraciones. Me aportan como persona y como escritora, de todos los estilos se puede aprender. Gracias por tu apreciación 🙂
Se confirma la deriva que comentamos la última vez. A la espera de saber en que consiste la colaboración nos quedamos con un relato ininteligible, desordenado y sin un hilo argumental que por un momento nos hace pensar que los libros fueron escritos por otra persona.
Y a pesar de que entendemos que para gustos los colores , no creemos que esta vez ningún «fan» pueda venir a afearnos el comentario.
Buenos días Oscar,
en el comentario de la última vez os pedí si podías indicarme en qué creíais que tanto distaba de lo escrito hasta el momento. Aún espero respuesta. Por otro lado, un relato con colaboraciones de otras personas que tiene estilos de escritura diferentes, desde mi punto de vista, no los hace mejores ni peores. Puede, efectivamente, pueden gustarte más o menos, como bien dices, para gustos los colores. El comentario de los libros, sinceramente, no voy a entrar en discusión con esto. Me alegró que os gustaran, agradecí vuestros comentarios al respecto y creo que estoy respetando vuestras opiniones sobre los relatos cortos (totalmente lícitas, no tiene porqué gustaros todo lo que escriba). Por otro lado, si escribes un comentario en un blog debes estar dispuesto a recibir respuestas y opiniones aunque consideres que eso afee lo que escribes. Al final es lo mismo que hago yo: aceptar que si expongo públicamente un escrito pueda ser criticado (ya sea para bien o para mal). Como siempre, atenta a recibir cualquier opinión siempre que sea desde el respeto.