Solo eso

Nos buscamos, como siempre. Nos deseamos, como siempre. Nos dedicamos a saborear cada centímetro de nuestra piel, como siempre.

Pero esa vez fue diferente…

Nos besamos, acariciamos y respiramos nuestra propio aliento, como siempre. Hundí mi cabeza en tu cuello y aspiré tu aroma hasta emborracharme, como siempre.

Pero esa vez fue diferente…

Recuerdo tu boca, tus manos y todo tu ser moviéndose sin reparos sobre mi, dejando un suspiro en cada rincón. Recuerdo hacer lo mismo contigo, arquear mi espalda mientras te observaba desde arriba y sentías mi calor. Queriendo, como siempre, dejarnos huellas imborrables.

Pero esa vez fue diferente…

Porqué cuando nos tumbamos, nos miramos a la cara. Porqué no disimulamos ni mentimos. Porqué nos atrevimos a decir en voz alta lo que callábamos. Porqué aún sabiendo que nada cambiaría, dejamos de tener miedo y soltamos lo que teníamos en la cabeza y el corazón. Pero, sobre todo, porqué pude creerte y dejar de sentirme pequeña y estúpida.

Solo quiero eso, la verdad, sin tapujos ni miedos. Nada más. Pero para que llegue ese día y todo sea diferente, está claro que antes deberán reconstruir Troya y volver a quemarla hasta los cimientos. Así que, mejor me doy la vuelta y sigo durmiendo un rato más bajo la atenta mirada de la Luna. La cuál empieza a perder a paciencia con nosotros y creo que, en cualquier momento, bajará para abofetearme.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *